Es algo que me corroe por dentro
que no sé cómo llamarlo,
algo que muere tan solo en el intento
que no sé cómo atajarlo.
Empieza dentro, en las entrañas
y se expande por todo el cuerpo,
hace que mi pecho se empine
por el latir del corazón dentro.
La boca se me abre
intentando exclamar un deseo,
y los oidos escuchan
aun en el más cerrado silencio
tu tenue respiración
que a miles de kilómetros de aquí
suena como una canción
tan solo para mí.
Y cierro los ojos
buscando los tuyos en mi oscuridad,
esos dos luceros esponjosos
a los que seguiré hasta el final.
Las piernas se me flexionan
aquí y allá un poco
y adoptan una postura
que ya ni me impresiona,
se abren poco a poco
y van formando un hueco,
una abertura perfecta
donde encaja tu cuerpo.
Y ahí enmedio
entre las piernas...
ya ni te cuento,
es una mezcla de deseo,
de ganas, de locura,
combinación del quiero pero no puedo
que pega bocados a mi cordura,
una súplica de ¡por Dios te necesito!
que va más allá de la intención
pero choca contra el muro de lo inaudito
que me hace presa de la desazón,
y desgarra mi parte más tierna
y explota en el dolor
y se aferra a mis sienes
que estallan en la desesperación,
y todo mi YO grita
¡quiero pero no puedo!
¿por qué?
porque te tengo lejos,
tan lejos.
que no sé cómo llamarlo,
algo que muere tan solo en el intento
que no sé cómo atajarlo.
Empieza dentro, en las entrañas
y se expande por todo el cuerpo,
hace que mi pecho se empine
por el latir del corazón dentro.
La boca se me abre
intentando exclamar un deseo,
y los oidos escuchan
aun en el más cerrado silencio
tu tenue respiración
que a miles de kilómetros de aquí
suena como una canción
tan solo para mí.
Y cierro los ojos
buscando los tuyos en mi oscuridad,
esos dos luceros esponjosos
a los que seguiré hasta el final.
Las piernas se me flexionan
aquí y allá un poco
y adoptan una postura
que ya ni me impresiona,
se abren poco a poco
y van formando un hueco,
una abertura perfecta
donde encaja tu cuerpo.
Y ahí enmedio
entre las piernas...
ya ni te cuento,
es una mezcla de deseo,
de ganas, de locura,
combinación del quiero pero no puedo
que pega bocados a mi cordura,
una súplica de ¡por Dios te necesito!
que va más allá de la intención
pero choca contra el muro de lo inaudito
que me hace presa de la desazón,
y desgarra mi parte más tierna
y explota en el dolor
y se aferra a mis sienes
que estallan en la desesperación,
y todo mi YO grita
¡quiero pero no puedo!
¿por qué?
porque te tengo lejos,
tan lejos.
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