""La Torre de Santa Elena, también conocida como Torre de la Azohía, y que en textos antiguos encontramos registrada como Torre de Santa Catalina, se alza a 70 metros sobre el acantilado de la Punta de la Azohía, en el término municipal de Cartagena, provincia de Murcia (España).
Forma parte del sitema defensivo que el emperador Carlos I ideó para toda la costa mediterránea, y que fue llevado a la práctica por su hijo y sucesor Felipe II.
Entre los siglos XVI y XVII fueron varias las torres que se levantaron como instrumento de defensa, entre las que se encontraba ésta, que se construyó entre 1556 y 1598. Algunas de estas torres fueron dotadas de armamento defensivo básico, incluyéndose ésta.
Sus principales funciones eran la vigilancia del tráfico marítimo y la defensa frente al ataque de pirats berberiscos, en cuyo caso, para que la población pudiera refugiarse en torno a la torre, se avisaba a través de humo si el ataque era de día, o fuego si era en la noche.
La torre fue reformada en el siglo XVIII, permaneciendo en activo hasta el siglo XIX, a principios del cual empezó a perder valor militar y a mediados de esta centuria pasó a depender del Cuerpo de Carabineros. Esta torre es la única torre de costa que aún queda en pie dentro del territorio cartagenero.
Construida en mampostería, es de forma hexagonal con un ligero escarpe troncocónico en la base y parte superior a plomo. Consta de dos plantas con techo abovedado y aljibe. Ambas plantas y cubierta de batería están comunicadas por una estrecha escalera de caracol.
Actualmente, la Torre de Santa Elena está catalogada como Bien de interés cultural por la disposición adicional segunda de la ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español."
Forma parte del sitema defensivo que el emperador Carlos I ideó para toda la costa mediterránea, y que fue llevado a la práctica por su hijo y sucesor Felipe II.
Entre los siglos XVI y XVII fueron varias las torres que se levantaron como instrumento de defensa, entre las que se encontraba ésta, que se construyó entre 1556 y 1598. Algunas de estas torres fueron dotadas de armamento defensivo básico, incluyéndose ésta.
Sus principales funciones eran la vigilancia del tráfico marítimo y la defensa frente al ataque de pirats berberiscos, en cuyo caso, para que la población pudiera refugiarse en torno a la torre, se avisaba a través de humo si el ataque era de día, o fuego si era en la noche.
La torre fue reformada en el siglo XVIII, permaneciendo en activo hasta el siglo XIX, a principios del cual empezó a perder valor militar y a mediados de esta centuria pasó a depender del Cuerpo de Carabineros. Esta torre es la única torre de costa que aún queda en pie dentro del territorio cartagenero.
Construida en mampostería, es de forma hexagonal con un ligero escarpe troncocónico en la base y parte superior a plomo. Consta de dos plantas con techo abovedado y aljibe. Ambas plantas y cubierta de batería están comunicadas por una estrecha escalera de caracol.
Actualmente, la Torre de Santa Elena está catalogada como Bien de interés cultural por la disposición adicional segunda de la ley 16/1985, de 25 de junio del Patrimonio Histórico Español."
Al pie de la torre se puede encontrar esta información de la misma, que he querido reproduciros, por si os interesa.
El enclave donde está es un mirador estratégico, natural, con unas vistas impresionantes de toda la Bahía de Mazarrón. A lo lejos se puede distinguir el Cabo Cope, que cuenta también con su propia torre de defensa (si os interesa me puedo acercar y traeros una fotos también)
A la falda de la Punta donde está la torre está el pueblecito pesquero de La Azohía, hoy en día más volcado al turismo que a la pesca. Es un lugar sereno, apartado de cualquier bullicio,
en donde puedes dar un relajante paseo a orillas del mar, por una paradisíaca playa,
presidida por la singular silueta de la torre.
Los que seguís El rincón de Bonnie seguro que recordáis un capítulo de mi historia "Desafiando al destino", donde la trama se desarrolla en este lugar:
"Una vez en Barajas robamos un coche y nos dirigimos hacia la costa de Levante, concretamente a Murcia. Angela y Alec durante el vuelo han estado indagando sobre la torre de Santa Elena, y en la costa de Cartagena han encontrado La Azohía, y más concretamente la torre. Sin querer vuelvo a dormirme en el coche, y al abrir los ojos estamos en un solitario paraje, rodeado de montes con el típico matorral mediterráneo. Salgo del coche desperezándome, mientras tres vampiros me observan abiertamente, dos pares de ojos color escarlata a los que ya me he acostumbrado, y un par dorados, del color el sol. Estos me observan con amor, y sin previo aviso el dueño me rodea, dándome un tierno beso en los labios. Se lo devuelvo, pero me aparto de él un poco, observando lo que me rodea. A mi izquierda se levanta, majestuosa, lo que imagino que es la torre, a unos doscientos metros a mi derecha caen acantilados en perpendicular al nivel del mar, casi cien metros. Las vistas desde ahí me llenan los ojos, y el alma. A la derecha se dibuja una bahía, y a la izquierda el azul del mar, en confusa comunión con el cielo a través del horizonte.
- Ya ha despertado la bella durmiente, – Angela y su sentido del humor – estamos esperando a que nos digas dónde tenemos que buscar.
- A ver el pergamino – le pido a Alec, que lo estudia como si quisiera entenderlo. Me lo pasa sin entretenerse más. – Veamos. “Tres mil pasos a poniente, y las letras del Maligno quedarán en vuestras manos”, así que hay que dar tres mil pasos hacia el oeste, desde la entrada de la torre. Y eso nos va a llevar… más allá del acantilado.
- No hay problema mi amor, nosotros lo buscaremos, quédate aquí y descansa. – Me habla por primera vez Edward, que ha estado muy callado desde que llegamos, rodeándome con sus brazos.
Es Alec el que desde la entrada a la torre empieza a dar esos tres mil pasos en dirección al precipicio. Verlo avanzar hacia ahí, y sin dudar seguir dando los pasos tranquilamente por las paredes rocosas, casi verticales del acantilado, me deja boquiabierta. Llegando al nivel del mar no se para y se sumerge en el agua contando esos pasos..."
Traigo unas fotos para ambientar ese capítulo.
Aquí es por donde supuestamente Alec se sumerge en el mar, da grima ponerse al pie del acantilado y mirar hacia abajo.
¿Os atreveríais a empezar a descender por aquí hasta caer por el precipicio al mar?... NOOOOOOO!!!
3 comentarios:
hermosas fotos!!!!qe belleza de paisaje...Besos!
Hola Luz!
Encantada de conocerte, jeje. Aquí estoy, devolviendo la visita. Y me dejaste maravillada con estas fotos. Aunque no comenté en Desafiando al destino, recuerdo muy bien ese capítulo y pensé, joder, como describe esta chica, parece que está allí mismo, in situ. Y tanto que estabas!!
Me encantaron las fotos. Ojalá algún día pueda visitar tu tierra, ese pueblecito tranquilo del que hablas y pasear por ese precioso mar. Pero sabes que?? Me dan miedo las alturas, así que a la torre, la miraré desde abajo!!
Mil besos!!
Guauu! la verdad es que impresiona, es preciosay la historia fascinante eh.
Que bueno que la compartas con nosotras.
Besos
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