Capítulo 38: Venganza
CARLISLE
Sabía
que tarde o temprano sus hermanas aparecerían por aquí. Pero lo que no esperaba
era que fuera la propia Rosalie la que las pusiera al corriente de la suerte
que había corrido Tanya.
Rosalie
se encolerizó el día que Alice trajo a Bella a casa. Eso fue demasiado para
ella. Según ella no solo habíamos dejado a la manada matar a Tanya, que para
ella era como una hermana, sin tomar represalia alguna contra ellos; sino que
la causante de todo era bien recibida en casa, con todos los honores, como si
fuera un miembro más de la familia.
Despechada
y sin que Emmet pudiera detenerla, escapó rápidamente a Denali a contarles a
Irina y Kate lo que había pasado con su hermana. Pocos días después se presentaron
las dos hermanas ante mí, pidiéndome explicaciones. Rosalie, después de pasar
por Denali y para evitar estar aquí ante un eventual enfrentamiento con
nosotros, decidió volar hasta Londres y esperar allí a que la tormenta
amainara. Por lo menos tuvo la delicadeza de avisarnos de que venían hacia
aquí. Exigió a Emmet reunirse con ella, pero él, por una vez, no cedió ante
ella y permaneció en casa, a la espera de ver cómo se desarrollaban los hechos.
Si
Alice y Edward hubiesen estado aquí, todo habría sido más fácil, pues habríamos
podido saber a qué atenernos, y actuar a favor de todos. Pero ellos estaban en
Chicago. No las vimos venir hasta que, un día antes de fin de año, las oímos
llamarme a mí desde el exterior de la casa. Con esa sola actitud de no querer
ser recibidas en el interior, comprendí que habría un enfrentamiento, y no podría
evitarlo con el diálogo.
-¡¡Carlisle!!
¡Sal de la casa! hemos de hablar, tienes muchas cosas que explicarnos –salí al
porche flanqueado por Esme y Emmet. Éramos los únicos de la familia que
quedábamos allí.
-Irina
–era la que llevaba la voz cantante, y estaba realmente cabreada–, Kate, qué
gusto teneros por aquí. ¿Por qué no pasáis y…?
-¡No!
–Irina no me dejó terminar la invitación– ¡Sabes perfectamente a qué hemos
venido! ¿Quién ha matado a mi hermana? –sus ojos, dorados como los nuestros, se
llenaron de odio, oscureciéndolos.
-Aquello
fue un…
-¿Un
accidente? –volvió a cortarme, carcajeándose a continuación–. No me vengas con
esas tonterías, Rosalie nos lo ha contado todo. Sabemos perfectamente que la ha
matado esa manada de apestosos sacos de pulgas que tanto defiendes. Solo hemos
venido hasta aquí por si te queda un poco de dignidad, y quieres disculparte
antes de que arrasemos sus chabolas.
-¡Irina
no podéis hacer eso! Tanya atacó a una humana y ellos salieron en su defensa.
-¿Y
para ti es más importante una insignificante humana que un miembro de un
aquelarre amigo? Éramos casi familia Carlisle. Vuestra obligación era vengarla,
y dejasteis marchar impunemente a los asesinos.
-Por
mucho que te duela, tu hermana recibió lo que se merecía.
Me
tendría que haber mordido la lengua antes de decir eso, pero era lo que todos
pensábamos de Tanya, después de ver cómo se había comportado con Edward. No
tenía ningún derecho a reclamarlo como suyo. Y mucho menos, a intimidar a Bella
así, hasta tal punto de poner su vida en peligro. Pero claro, eso, por mucho
que yo intentara explicárselo a las hermanas, jamás llegarían a entenderlo.
Para ellas el asunto era mucho más simple: han asesinado a nuestra hermana,
vamos a vengarla con un derramamiento de sangre. Las dos nos miraron con la
vista cegada por el odio, y también el rencor. Esperaron alguna reacción
apoyándolas de Esme o de Emmet, pero ellos se mantuvieron firmes y en silencio
a mi lado. La indignación fue apareciendo en sus rostros. Según ellas, las
estábamos traicionando. Al cabo de un largo y tenso minuto, Irina volvió a
hablar, encolerizada ante nuestra pasiva actitud.
-Veo
que Rosalie no exageraba. No habéis movido un solo dedo por Tanya. Ni tan
siquiera habéis dado muestra alguna ahora de dolor por su pérdida. Pero eso ya
no importa. Tened presente que ya no sois bien recibidos en Denali, ningún
miembro de la familia Cullen, salvo Rosalie que es la única que se ha
comportado a la altura de las circunstancias. Vamos Kate –giró en redondo sobre
sí misma, dándonos la espalda–, tenemos que vengar a nuestra hermana.
Sin
más dilación, las dos desaparecieron de nuestra vista, en dirección a la
reserva. Iban en busca de venganza, y para ello arrasarían todo lo que se
encontrasen a su paso. No podía permitir eso.
-No
podemos dejar que ataquen a la manada.
-Carlisle
–Emmet cogió mi brazo para retenerme–, será mejor que las dejes. Es lo justo,
han de vengar la muerte de Tanya, y de sobra sabes que esos licántropos merecen
un escarmiento. No hacen más que estorbar.
-Pensaba
que lo entendías –me giré hacia él, provocando con una mirada intimidatoria que
me soltara–, pero veo que no. Tenemos un acuerdo con ellos desde hace muchas
décadas, y lo único que hicieron aquel día fue cumplirlo. Ninguno de nuestra
especie puede atacar aquí a ningún humano.
-¿Para
ti es más importante el tratado que uno de nosotros? ¿Y si en vez de a Tanya, hubiesen
matado a Esme? ¿Te habrías quedado tan tranquilo de brazos cruzados?
-Si
se ha saltado las reglas del tratado, sí –no dudé ni un momento al hacer tal
afirmación, sabiendo perfectamente que ningún Cullen haría tal cosa.
-¡A
la mierda el tratado Carlisle! Sabes perfectamente que no salgo corriendo
detrás de ellas a ayudarlas por respeto a ti. Pero los hechos son claros. Han
matado a una de las nuestras.
-Conoces
de primera mano los hechos. Ella iba a matar a Bella por despecho, porque
Edward está con ella. Los lobos solo salieron en defensa de ella. Si Tanya no
lo hubiera hecho, ahora estaría viva, tal vez de compras por Londres con
Rosalie.
-Así
debería de ser –me replicó.
-En
cambio ella está muerta por su propia locura, y sus hermanas van a provocar una
matanza en la reserva, donde van a morir inocentes. Niños y ancianos que tal
vez ni siquiera sepan de la existencia de nuestra especie. Ellas no van a ir
solamente a por los licántropos, van a aniquilar a todo la tribu. No podemos
consentirlo Emmet, ¿No lo entiendes?
-Pero…
ellas… –dudó. Parecía haber tocado su conciencia, o que finalmente lo había
entendido–. Ellas solo van a atacar a aquellos que mataron a Tanya, ¿no? No es
justo que pague toda la tribu.
-Sabes
que eso no va a ser así, van a arrasar la reserva, y ya sabes todas las
consecuencias que eso va a tener. Tenemos que detenerlas. Ayúdame Emmet.
No
hizo falta más palabra alguna. Los tres salimos corriendo detrás de Irina y
Kate, dispuestos a pararlas antes de que invadieran sus tierras, se plantaran en
mitad de la reserva, y desataran la carnicería que querían sobre todas aquellas
personas inocentes.
Iban
confiadas en que nadie las detendría, y aminoraron el ritmo, parándose en los
límites de la reserva, pues conocían el tratado y sus cláusulas a la perfección.
El olor de los lobos nos llegó momentos antes de alcanzarlas, parecía que las
estaban esperando. Ellas también los habían detectado, y estarían trazando un
plan a seguir. Justo antes de que se decidieran a cruzar a su territorio y
atacarlos, pudimos alcanzarlas e interponernos en su camino. No daban crédito a
lo que estábamos haciendo. No solo no las ayudábamos participando de su
venganza; sino que además defendíamos a los asesinos de su hermana. Pero ellas
no entendían que las cosas no eran tan sencillas. No entendían que en esta
ocasión se había hecho justicia, pues su hermana era la que había cometido la
falta, y había sido castigada por ello.
En
nuestro mundo no son las cosas como en el mundo de los humanos. Nosotros
tenemos muy pocas leyes, y siempre y cuando no violes las principales, eres
libre de ir y venir, de tomar esto o aquello, o de matar a quien te toque las
narices. Es por ello que se estila tanto las venganzas, pues no hay nadie que
castigue al delincuente ante un mal menor.
La
manada estaba al completo, en guardia, dispuestos a defender su territorio y
sus familias ante el eventual peligro. Tal vez tenían centinelas que habían
presentido el peligro, y los había convocado a todos. No sé si Irina y Kate
eran totalmente conscientes del peligro al que estaban expuestas, pues más de
seis lobos era toda una amenaza para dos vampiras inexpertas en la lucha.
Sin
pensarlo llegamos allí y nos interpusimos entre ellos. Los dos grupos quedaron
descolocados ante nuestras posiciones. Ellas quedaron estupefactas, y los lobos
se mostraron cautelosos, aunque en el ambiente se podía cortar la tensión.
-No
voy a consentir este derramamiento de sangre –en mitad de los metros que los
separaban nos interpusimos Esme, Emmet y yo, y les dejé bien clara nuestra
posición a ambos bandos. Los lobos gruñeron, estaban tan impacientes como ellas
de que la lucha se desencadenara de una vez por todas.
-¡Apártate
traidor! –esta vez fue Kate la que habló, su duro tono me sorprendió, pero no
fue lo suficientemente fuerte como para intimidarme.
-No
puedo. La manada actuó correctamente, no puedo dejar que loa ataquéis por eso.
Y miradlos, son cuatro veces más que vosotras, no saldréis vivas de esta pelea
–los lobos gruñeron con cierto aire de superioridad, tal vez deseosos de que
las dejara atacarlos.
-Carlisle,
por última vez, apártate –la voz de Irina sonó grave, amenazante.
-No
–pero más grave fue la mía, la decisión era firme.
-En
tal caso no me dejas otra solución de dar parte a los Vulturis. A Aro no le va
a hacer ni pizca de gracia que andes haciendo tratos con nuestros enemigos
naturales.
-Vamos
Irina, estoy seguro de que podemos llegar a una solución sin tener que
inmiscuir a los Vulturis –intenté, ya,
arreglarlo de alguna manera sin tener que meter a los Vulturis de por medio.
-Creo
que no, ya es demasiado tarde para eso. Hemos querido daros una oportunidad
para haceros partícipes en el desagravio que estos sucios chuchos nos han
hecho, y habéis preferido poneros de su lado. Los Vulturis sabrán qué hacer y
qué castigo imponerte.
No
nos dio tiempo a replica alguna, pues salieron corriendo de allí como alma que
lleva el diablo.
Nuestra
suerte estaba ya echada. Con los Vulturis aquí, toda la manada y nosotros
mismos teníamos los días contados.
2 comentarios:
con perdon tuyo pero a que poca de rosalie mira que ir a contarles a irina y kate de quien mato a tanya y lo peor esque no sabe nada edward hojala alice vea algo y lo traten de solucionar besos estupendo capitulo
con perdon tuyo pero a que poca de rosalie mira que ir a contarles a irina y kate de quien mato a tanya y lo peor esque no sabe nada edward hojala alice vea algo y lo traten de solucionar besos estupendo capitulo
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