NOCHE DE REYES
Pedrito se había propuesto
aquella noche no dormirse. A pesar de que se encontraba realmente cansado
después de estar toda la tarde en la cabalgata de Reyes, y después había estado jugando con sus
primos hasta bien tarde. No quería, no podía ceder ante el cansancio esa noche.
Él les demostraría a Juan, Nacho y hasta a la mismísima Emma que Melchor,
Gaspar y Baltasar sí existían; y que aquellos rumores que habían llegado a los
oídos de Emma a través de su hermana mayor, eran falsos. No, él no caería en
esa burda falsa. ¡Que los Reyes eran los padres! Si su padre era uno de los
Reyes Magos, se iba a pasar los días enteros en la obra pegando ladrillos. E
iba a seguir su madre limpiando las oficinas del banco todas las tardes. ¡Ja!
Pedrito sabía perfectamente
que ellos tres, los Magos de Oriente que todos los años le traían aquello que
más ansiaba, eran reales. Tan reales como la paja que él, agradecido, les
dejaba a sus camellos para que repusieran fuerzas durante la noche más
importante del año. Y a cada una de sus Majestades les dejaba lo que más les
gustaba. De sobra era sabido que a Melchor le encantaban las naranjas, a Gaspar
el fuet, y a Baltasar el chocolate, de ahí su color de piel.
Pedrito sonreía pensando
en esos manjares que a él también le volvían loco, y así se mantenía despierto,
hasta que destapado para que el frío no lo dejara dormir, dejó de oir a sus
padres por la casa. Ya se habían acostado. Sigiloso como un felino y con su
cámara de fotos en la mano, salió de la cama y descalzo se dirigió al sofá que
quedaba justo enfrente del árbol de navidad. Debajo estaba la mesita llena de
paja, naranjas, fuet y chocolate que él mismo se había encargado de preparar
para que tan ilustres visitantes se sintieran como en casa cuando vinieran a
dejarles sus regalos.
La noche era fría y mamá
ya había apagado la estufa, así que tuvo que taparse con la mantita para que el
castañeteo de sus dientes no lo delatara. Quería pillarlos in franganti para
poder hacerles una foto, fiel prueba de su existencia ante sus amigos, y ante
Emma. Las horas empezaron a pasar lentamente, y a Pedrito cada minuto se le
hacía eterno. Sus ojitos se le cerraban y era más difícil levantar los párpados
cada vez que estos se les desplomaban de puro cansancio. Y en ese esfuerzo
estaba, ya prácticamente vencido ante el sueño, cuando un ruido proveniente del
pasillo lo alertó. No tuvo las suficientes fuerzas para vencer al sueño y
espabilarse, ni hacer su foto, pero sabía que ellos ya estaban allí en el salón
junto a él. Entre sueños los oyó hablar con las bocas llenas, dichosos de las viandas
que les había dejado. Pedrito ya dormía plácidamente arropado por los tres
Reyes de Oriente, para él ya se habían despejado sus dudas, sabía que estaban
ahí, y que uno de ellos lo había descubierto.
– Acompáñame al salón,… ¡Ei,
mira quién está aquí!
– ¡Pero si es Pedrito!
Menudo terremoto, este no para quieto ni durmiendo. Se ha empeñado en demostrar
a sus amigos que los Reyes Magos existen, y míralo, hasta se ha traído la
cámara de fotos.
– Este año no va a ser, se
ha quedado sopa esperando. En cuanto terminemos de poner los regalos lo llevo a
su cuarto, ahí se va a constipar.
Minutos después, Pedrito
sintió cómo lo cogían en brazos y lo acurrucaban mientras besaban su frente. Se
sintió en una nube cálida, rodeado de cariño. El olor de la colonia de su padre
que tanto le gustaba lo hizo sentirse más a gusto de lo que ya estaba, la neurona
que le quedaba en servicio aún, llegó a la conclusión de que a papá le habían
traído colonia. Y soñando que uno de los Reyes Magos de Oriente lo llevaba a su
cama, terminó de caer rendido ante el sueño que hacía horas le daba tirones de
su consciencia.
Al día siguiente despertó
como todos los días que no había cole, con el olor del café de mamá y del pan
tostado. Enseguida vino a su memoria los vagos recuerdos que su subconsciente
le había dejado. ¿Habían estado realmente los tres Reyes delante de él?... y él
¡Tonto! ¡Se había quedado dormido!
Bajó como un rayo las
escaleras y debajo del árbol adornado vio los paquetes envueltos con el papel
especial de los regalos de los Reyes, y la mesa con el refrigerio para ellos
vacía.
¡Habían estado ahí, junto
a él, y él se había quedado frito! Por momentos lo recordó todo, la
conversación que tuvieron cuando lo descubrieron, y cómo uno de ellos lo había
llevado hasta su cuarto. Entonces vio en el sofá su cámara de fotos. Sabía
perfectamente que no les había echo ninguna foto. Cogió la cámara con desgana, ¡Había
desaprovechado la oportunidad de su vida! Triste se dirigió a abrir sus
regalos, y al dejar en el suelo la cámara, vio la lucecita de una nueva
fotografía parpadeando. Su corazón se puso a mil, y con mano temblorosa le dio
al botón para ver esa foto. Desde la pantalla digital le sonreían tres rostros felices. El primero con la boca llena de
chocolate, el segundo dándole un bocado al fuet, y el tercero somnoliento,
sonreía con los ojos cerrados.
***
¿Quién pensáis que había
en esa foto? Eso es algo que yo no os puedo decir, pero sí os diré que Pedrito
jamás se la ha enseñado a nadie, y que cada noche de Reyes sigue poniendo debajo
del árbol una naranja de las más gordas, un fuet entero y una pastilla de
chocolate del negro, sin olvidarse nunca de la paja; porque siempre se sentirá
agradecido a esos Reyes Magos que año tras año nos alimentan los sueños e
ilusiones, y que grande o pequeño, siempre tienen un regalo que dejarnos para
ese día especial, para compartir con los nuestros junto al Roscón de Reyes.
Este cuento escrito por mí lo encontrarás en este hermoso recopilatorio de Cuentos de Navidad, organizado por el blog Acompáñame, donde podrás hacerte con todos los cuentos de forma gratuita en formato PDF. Lleva unos cuentos y relatos muy hermosos y emotivos con estas fechas.
Y, por supuesto, feliz noche de Reyes a todos/as!!!
6 comentarios:
Ole, ole y ole Lu. Qué arte tienes, buenísimo el relato.
Felices Reyes y un abrazo.
tú que me miras con buenos ojos, Dany, jejeje!!
Espero te dejen muuuchos regalitos los Magos!!
Jejeje, que va solete, a mí nada, ni carbón siquiera.
Tienes un premio, al ser de los últimos blogs que me siguen.
http://relatosfantasiaelfos.blogspot.com.es/2013/01/premio-para-este-blog-muchas-gracias.html
Un abrazo, espero que a ti sí te hayan echado lo que necesites.
Qué bonito ,el cuento !! Espero que el año nuevo , como los reyes majos , traigan para ti y los tuyos , alegría felicidad , amor,salud,dinero... falta algo ? jajajaj ., besosss
Gracias por traer el libro a tu blog... Un besazo.
Tienes un premio en el blog de acompáñame, pásate a recogerlo cuando puedas.
Qué tierno es Pedrito. Nos lo comeríamos a besos. Un hermosos relatos, así que nos vamos a descargar el PDF.
¡Felicidades!
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