6/1/23

El camello cojito (Gloria Fuertes)

El camello se pinchó

con un cardo en el camino

y el mecánico Melchor

le dio vino.


Baltasar fue a repostar

más allá del quinto pino

e intranquilo el gran Melchor

consultaba su “Longinos”.



¡No llegamos,

no llegamos

y el santo parto ha venido!

Son las doce y tres minutos

y tres reyes se han perdido.


El camello cojeando

más muerto que vivo

va espeluchando su felpa

entre los tronco de olivos.


Acercándose a Gaspar,

Melchor le dijo al oído:

Vaya mierda de camello

que en Oriente te han vendido.


A la entrada de Belén

al camello le dio hipo.

¡Ay, qué tristeza tan grande

en su belfo y en su tipo!


Se iba cayendo la mirra

a lo largo del camino,

Baltasar lleva los cofres,

Melchor empuja al bicho.


Y a las tantas ya del alba,

ya cantaban pajarillos,

los tres reyes se quedaron

boquiabiertos e indecisos,

oyendo hablar como a un hombre

a un Niño recién nacido.


No quiero oro ni incienso

ni esos tesoros tan fríos,

quiero al camello. ¡Le quiero!

¡Le quiero!– repitió el niño.


A pie vuelven los tres reyes

cabizbajos y afligidos,

mientras el camello echado

le hace cosquillas al Niño.

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