Siempre he querido volver a escribir. Es un vicio que no se pierde nunca. Se pierden tal vez las ganas por falta de tiempo, pero el sano vicio de nuestras mentes de pensar, idear, pergeñar historias, mezclar realidad con nuestra siembre boyante imaginación; eso, nunca se pierde.
Con los años aprendemos que la vida nos da mas vueltas de las que nos gustarían, incluso más que nosotros mismos a nuestros personajes. No siempre los llevamos a donde ellos quisieran ir. No siempre nos lleva la vida a donde a nosotros nos gustaría llegar, y lejos de fantasear con que nos toca la lotería o conocemos a un millonario/a al que enamoramos rozando la locura; sí que buscamos cierta estabilidad con la que poder vivir sin sobresaltos. A veces se consigue, otras no. Y casi nunca estamos conformes con lo que tenemos, queremos más, sin ver el auténtico valor de lo que tenemos. Con la pandemia algo hemos aprendido al respecto, pero aun nos falta camino que andar.
Yo, a día de hoy, no tengo más oficio que el de levantarme por las mañanas y llegar al fin del día para volver a la cama, que ya he descubierto que las siestas no me sientan muy bien que digamos. La cosa está en que mientras no nos falte alimento que llevarnos a la boca, aguantaremos el tirón. Y es por eso que he decidido darle algo de vidilla al blog, volver a escribir algo. He retomado de forma más continua la lectura (también algo olvidada por el ritmo de vida que llevaba con mi último trabajo), y alguna que otra reseña iré añadiendo al blog.
Pues eso, que no sé con qué frecuencia, pero de momento está en mis planes volver por aquí.
Será esta una vuelta solitaria, pero por lo menos las ilusiones de tener mi propio espacio, y ver que a pesar de todo sigo, sigue aquí presente, no las voy a perder nunca.
Cualquier lector, curioso o mero ojeador sigue siendo bien recibido.
Gracias.
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