18/5/22

EL ARTE DE CREAR

 Mi participación en la Segunda edición de Relato48, de la Editorial Exlibric.

No es un relato como tal, más bien un monólogo, lo mandé porque seguro alguien del jurado se echaría unas risas con mis tonterías, que es lo único que pretendía.

Y lo que aquí pretendo. Disfrútalo.


EL ARTE DE CREAR:

Son las tres de la madrugada, llevo en el cuerpo cinco cafés y dos manzanillas (no me gusta el té), y aquí no ha aparecido ninguna musa a orientarme con el relato, ni inspiración ni nada que se le parezca. Señores del Relato48 segunda edición, me siento estafada (carita enojada, carita enojada).

Y es que con las frasecitas que nos habéis propuesto este año, no sé qué van a hacer el resto de compañeros, compañeras y esa otra palabra de misma raíz y acabada en “es” que está de moda pero que, como buena defensora de mi lengua materna y de la RAE, me niego a usar. No obstante menciono, no vaya a incomodar a alguien, ante todo el respeto. Retomando lo de las frases, pues eso, que vaya marrón con las frases propuestas y que encima has de elegir una y no la otra. ¡A mí me venían las ideas buenas con ambas frases!, ¿Qué hago?. Hay que tener muy mala baba para poner las bases del concurso así.

Me voy a dormir, a ver si rumio alguna buena idea con la almohada mientras me acurruco con mi chico y me caliento los pies en sus pantorrillas, mira que ponerse a nevar en pleno mes de abril,... quién me ha robado el mes de abril, lo tenía por aquí,... Ya está otra vez el Sabina con la dichosa cancioncita. Como no tengo bastante con los Celtas Cortos con el día veinte, pues también acuden las musas a mi pobre mente torturada con el hurto del mes de abril. Para estas tonterías sí que funcionáis bien, ¿eh?. Para hacer un relato cojonudo que me den el premio, la fama y la gloria, se me reconozca algo en mi exigua carrera literaria de una vez; para eso os escondéis en las tinieblas de las noches nevadas del mes de abril. Pero en cuanto mi pobre cuerpo se pone a tiritar de frío empezáis con la matraca de Sabina, para eso sí, ¿no?. ¡Cobardes!.

Espera un momento, ¿y si,...?. Ya está, Paulsen nació 48 días después de la gran nevada de abril, y pronunció aquel discurso de 48 palabras que conmociona... ¡No!. ¡Céntrate Lucía, que ya las estás mezclando otra vez!.

¡Malditas musas tomando café a las tres de la madrugada!.


Creo que no voy a presentar nada esta vez. Solo soy una pobre infeliz que, harta de que en los libros que leía de niña pasara lo que el autor quería, un buen día decidí escribir una historia donde crearía los personajes y les pasaría lo que yo quisiera. ¿Cuantos de vosotros habéis caído en la misma trampa?. Porque a mí se me metieron así las letras en la sangre. Y aquí estoy, a las tres y media de la madrugada (cómo pasa el tiempo) desvariando (carita sorprendida, carita sorprendida). No me ha sentado bien tanto café. Mañana cogeré un cigarrillo (tenerlo en los labios sin encenderlo sí que me inspira, soy rara, ya lo sé, carita guiñando un ojo), y escribiré un super-mega-relato de la hostia del tirón e irá directo a la final.


Ejem, buenos días. Son las doce y pico de la mañana del sábado. Voy a desayunar un buen tazón de chocolate (no, más café de momento no, no soy tan masoca) sin churros, cualquiera se pone a freír churros como está el aceite de girasol.

Si oís las sirenas de la Guardia Civil avisadme, anoche cometí varios musicidios (¿Se dice así?) con la almohada, después de que éstas se negaran a callarse y no dejarme dormir. Mi chico no sabe nada, él con ver los entrenamientos de las carreras de coches soñando con que Alonso salga lo más adelante posible y gane (iluso) se conforma. Musas muertas a parte, y con su promesa de hacer él hoy la comida para dejarme tiempo a mí para escribir (hoy comemos sopa de sobre), retomo el reto del relato con toda la seriedad y formalidad que el evento se merece.

¿A quién hay que escribir para suplicar que nos dejen usar ambas frases?. Es que la idea del bebé nacido con 48 días y que encima va y dice un discurso de 48 palabras, decidme si no es para conmocionar al mundo entero y parte de la vía láctea. Voy a ver cómo va Alonso, total, vamos los dos por el mismo camino, él rompiendo motores a diestro y siniestro y yo sin idea. ¿Por qué me cargué anoche a las musas? (carita llorando, carita llorando).


Son las cuatro de la tarde, ya es hora de ponerme con esto en serio, lejos ya de los efectos del café. Voy a encender mi incienso especial para la creatividad, y a ponerme un chupito de orujo de hierbas; y se acabó la tontería.


Ocho de la tarde. Vale, ni café ni orujo de hierbas para escribir, tomo nota. Menos mal que no estaban las musas presentes, solo Dios sabe dónde hubiese amanecido mañana.

Vamos a tope con esto porque si no, no llego a tiempo. “Aquellas 48 palabras conmocionaron al mundo”, he aquí la frase elegida. Dejamos, pues, al pequeño Paulsen tranquilo en su cuna. Ahora el gran reto está en encontrar 48 palabras que sean capaces de conmocionar al mundo mundial y rodearlas de una buena historia. ¿Y qué palabras podrían ser esas 48 magníficas que pudieran remover toda una conciencia mundial?. No está el mundo para muchos trotes en los últimos tiempos. Una bella historia de amor, una de humor tal vez, porque descarto una de acción y mucho menos bélica. Al mundo yo más bien diría que le hace falta algo de fantasía, fe en sí mismo y amor, mucho amor. Y sí, el humor, sobre todo para reírse de sí mismo siempre siempre siempre (me hacen falta palabras para llegar al cupo mínimo exigido) siempre es vital. ¿Qué opinará Paulsen de todo esto?.

¿Veis?, ¿Veis?. ¡No hay manera!. ¡Esto es inhumano!. Es imposible, una vez que has leído ambas frases, desligarlas. Paulsen es el único capaz de hacer estremecer a todo el planeta con un mini-discurso de 48 palabras, y quedarse tan pancho. Estáis jugando con todos nosotros, solo unos pocos privilegiados tendrán la mente lúcida para poder crear con una única frase. Ahí nos habéis puesto la trampa para que la gran mayoría caiga.

Lo que me pregunto es quién, QUIÉN ha tenido la brillante idea de pergeñar ambas frases, lanzarlas al aire desafiando a todos los intrépidos adalides de la palabra, y quedarse a esperar resultados, sobre todo buenos resultados. ¿QUIÉN?.


Once y pico de la noche. Mi chico grita desde el salón como loco por el partido de fútbol, y yo lloro sin consuelo sobre el ordenador. Qué bajo he caído, no puedo, no me sale nada coherente. La resaca del orujo (madre mía que vergüenza, yo que nunca bebo, carita mirando hacia arriba con condescendencia), está haciendo estragos en mis pocas neuronas lúcidas. Voy a hacerme algo de cenar, a ver si con el estómago lleno soy capaz de dar algo de luz sobre mi obcecada mente. Me voy a preparar un bocadillo de tortilla con sobrasada, ¿lo habéis probado alguna vez? Es muy fácil y está rico rico, te sorprenderá. Necesitas un par de huevos, sal, aceite y sobrasada. Bates los huevos con una pizca de sal y le echas al gusto sobrasada, tampoco te pases que la sobrasada empalaga si se te va la mano con ella. Cuajas la tortilla, que te saldrá del color rojo-naranja de la sobrasada. Para montar el bocadillo, con media barra de pan a tu gusto y un tomate a rodajas triunfarás. Acompañado con una cerveza bien fresquita o un refresco de cola, sin decir marcas aunque soy más de la Pepsi que de la Coca-cola, te crees la reina y señora del mundo (carita babeando, carita relamiéndose).


No se me ocurre nada con una sola de las frases (carita llorando, carita sonándose los mocos, carita triste), así que tiro la toalla, me rindo. No soy capaz de cumplir con el Relato48 de este año. Así que voy a aprovechar el espacio que me queda y, sin ser Paulsen, sin saber hacer ni decir discursos con 48 palabras mágicas y ni mucho menos llegar a conmocionar al mundo con tales palabras, os dejo, honorable jurado, este breve párrafo (sí, con 48 palabras exactas, podéis contarlas, adelante), de mi propia cosecha para que sea fiel prueba de mi nulo paso por el concurso:


Querido jurado, siento comunicarles que en esta ocasión no voy a poder presentarles ningún relato, mi imaginación no da para tanto. Siento haberles robado su valioso tiempo con tonterías. Iré preparándome para el año que viene (¿alguien sabe del periodo de gestación de las musas, o dónde comprarlas?)”.


Que pasen un agradable día, un saludo (carita sonriente, carita saludando, corazón, corazón).


Por cierto, me niego a usar la palabra emoji teniendo en nuestro rico español palabras similares más acertadas (carita triunfante).


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